martes, 6 de octubre de 2009

¿Quiénes eran y qué eran Moreno y Saavedra?

A pesarde sus disidencias, y de la oposición total en que los colocaron primero sus adictos contemporáneos y luego los historiadores, los dos prohombres tienen sólidoslazos de unión que hace imposible separarlos de una manera absoluta. Ninguno de los dos perteneció al grupo promotor de los sucesos de mayo. Y los dos seconvirtieron a partir del 25, en las figuras principales del movimiento. Hasta que la presencia en Buenos Aires de los diputados provincianos produzcala primera crisis de gobierno, Moreno y Saavedra comparten solidariamento los pasos más trascendentesdados por la Junta. A saber: envío de expediciones alinterior, desconocimiento del Consejo de Regencia,expulsión de Cisneros, destitución de los jueces de laReal Audiencia, fusilamiento de Liniers, política conInglaterra. Si el presidente respaldó todas esas graves decisiones no podía expresar una tendencia conservadora, salvo en la medida en que la expresara toda la Junta, o que a esas resoluciones se las despoje arbitrariamente de todo sentido revolucionario.Ambos pertenecen a la burguesía porteña. Saavedra como comerciante y miliciano. Moreno abogado. Los dos tienen como significativo dato biográfico común una acuciante ansiedad de prestigio que sólo se logra con una fidelidad plena al grupo social, y con una actuación libre de toda sospecha de infidelidad potencial. En este sentido Saavedra no es hombre de confianza, y su consagración presidencia ha sido una imposición de las circunstancias. Sin Saavedra no había 25 de mayo, por la ruptura de la unidad militar.Era el presidente obligado, pero con características negativas para la burguesía: provinciano, plebeyo ycon chance de heredar la popularidad de Liniers yconvertirse en líder, todo lo cual lo hace un hombre peligroso. Y aunque ese peligro lo atenúa su falta de ambiciones, no por eso la burguesía puede bajar la guardia y desprevenirse. Comienzan a manifestarse los tres tabúes sacros de la élite porteña: Lasprovincias, la plebe y el liderazgo, y en mérito aesos tres tabúes esa élite se dedica desde el primer momento a suscitarle un rival dentro de la Junta, el Dr. Moreno con quien tiene afinidades profundas y quien jamás podrá ser ni filo provinciano, nifilo plebeyo ni líder popular. El doctor Moreno es sólidamente aristocrático y europeísta, por lo cual se puede confiar razonablemente en utilizarlo como instrumento en la seguridad de que sus inclinaciones neojacobinas no saldrán nunca del plano literario y no lograrán vencer el peso de sus firme ubicación social.La inteligencia al respecto es aguda. El carácter privinciano y plebeyo de Saavedra, constituye un peligro mayor que el neojacobismo ideológico deMoreno, fatalmente destinado a ser inocuo, por noempalmar precisamente con lo provinciano y lo plebeyo.Saavedra es un hombre de orden, totalmente ajeno a laidea de la democracia, y Moreno tiene una confusa eindefinida tendencia a la democracia ideológica. Pero el instinto de conservación de los grupos oligárquicos no se equivoca: el peligro democrático está en la promiscuidad plebeya de Saavedra y no en las elucubraciones teóricas del solitario intelectual Moreno.

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